Ha muerto Margaret Thatcher. En el libro hay un capítulo de algunos jugadores que le hicieron oposición. Fueron pocos. Y algún entrenador la acusó de acabar con el fútbol inglés. Ahi tenéis un extracto…

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Vender libros

Publicado: abril 7, 2013 en Uncategorized

No quiero pensar que el trabajo que hice con ‘Futbolistas de izquierdas’, que ha sido, de lejos, la prueba profesional más exigente de mi vida, sea más o menos válido en función de los ejemplares que venda. Pero no hay muchos otros baremos de cara al exterior. Yo estoy satisfecho: el libro ha quedado razonablemente bien y, sobre todo, la edición es espectacular. Formalmente es una obra preciosa, desde la ilustración de la portada o la calidad de la encuadernación a todos los pequeños detalles que la editorial ha procurado colocar. Que un libro valga 20 euros es una barbaridad, pero os puedo decir con total honestidad que, tal y como funciona el mercado editorial y comparándolo con la inmensa mayoría, no es caro. Y de verdad que lo digo con el convencimiento de que digo la verdad.

Sé que no es un tema muy mainstream el de ‘Futbolistas de izquierdas’. Tampoco hay que ir a Harvard para saberlo. También, que en este país sueles vender más libros cuanto más famoso seas, y que en mi caso eso no ocurre. Y que hay mil factores que condicionan la venta: cómo te coloquen en las librerías, si el primer fin de semana vendes mucho o poco, que hayamos acertado comercialmente con el diseño de la portada… Es decir, que si lo que yo escribí es bueno o malo es un factor casi menor en esta rueda.

La cultura es un negocio y este libro no pretende más que ser un vehículo de entretenimiento. No es un bien superior ni creo que nada de lo que yo escriba tenga una mayor consideración que el entretenimiento. Que no es un entretenimiento zafio ni tonto, vale. Pero entretenimiento.

No soy un escritor descollante ni creo que haya muchos libros que cambien realmente la vida de la gente. Tampoco lo pretendo. Pero sí que quiero que los 20 euros que paguéis merezcan la pena. Honestamente, creo que merece la pena gastárselos. Como por dinero no es, porque publicar libros no es un negocio ni medio bueno para el que escribe, sé que quiero vender mucho por el esfuerzo que hemos hecho tanto la editorial como yo, y porque, aunque quiera pensar que no es así, sé que vender mucho será una buena manera de refrendar mi trabajo. Por eso tratamos de mandar los libros firmados (como en la foto), por eso hemos hecho una web donde me ofrezco, cual vedete de los libros, a cenar con los lectores o a dar conferencias o pregones en los pueblos.

Se trata de vender libros. Aunque no dependa de mí. Ni siquiera de si el libro es bueno o no.

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No tengo hijos. Tampoco me ha tocado la lotería. La mayoría de las noticias que te matan de felicidad, al menos en mi vida, tienen que ver, hasta ahora, con evitar un mal mayor: saber que alguien a quien quieres y que estaba en problemas está bien, que Tamudo meta un gol para evitar un descenso, cosas así. Nada comparable a tener en tus manos un libro que tanto ha costado escribir.

Fue en miércoles santo y, aunque debió de ser a las seis de la tarde, yo andaba entre el primer y el segundo gintonic, que ya sabemos que eso lo magnifica todo más que la casa de Gran Hermano. Pero, quién sabe si por el efecto del enebro, lo cierto es que cuando mi editor llegó con un par de bolsas llenas de libros, un puñado de preciosos objetos llenos de mis letras, me entró una ilusión brutal. Más que grande o intensa, distinta. Un extraño orgullo. Supongo que la resolución física de tanto trabajo y tantos desvelos me ha hecho darme cuenta de que sí, ha merecido la pena.

Uno de mis grandes amigos, presente en el momento por la casualidad del gintonic, mi madre y mi señora esposa fueron los primeros en ver el libro, además del editor, que es el padre de la criatura, y yo su madre. Creo que lo de dentro está razonablemente bien, pero es seguro y no tiene debate que la edición es brutalmente buena. Léeme Libros será un sello de referencia porque José Antonio Menor, que es mi editor, le pone pasión, es muy inteligente y tiene clase. Y eso no se compra ni se puede regalar, solo se tiene.

El de la foto es mi chaval. Se llama ‘Fubolistas de izquierdas’ y me ha dado muchos disgustos mientras lo escribía. También lo he disfrutado, para qué negarlo. Y ahora tengo claro que todo lo que me va a dar serán alegrías. Y creo que a vosotros también.

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Habemus Portadam

Publicado: marzo 10, 2013 en Uncategorized

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Sin tanto cónclave y adelantándonos al Papa para que no reste protagonismo a este hito, tenemos portada para ‘Futbolistas de izquierdas’. Además, ya hemos corregido todos los textos y ya solo falta volcarlo todo al papel. En abril estaremos en las librerías y en nuestra web, pero creo que habrá sorpresas antes y estamos preparando ofertas para quienes reserveis el libro.

Y diréis: esta no es una de las portadas que nos ofreciste como opción para que votásemos. Siempre tiene que estar el observador metiendo el dedo en la llaga. Sí, tenéis razón, pero al final hemos hecho un mix, como nos había sugerido algún lector.

¿Qué os parece la portada?

El proceso del libro, que es más complejo y largo de lo que podía imaginar, sigue avanzando. Saldrá a la venta y lo presentaremos en abril, y ya hay que ir dejando atados los últimos detalles: la corrección de los textos… y la portada.

La ilustradora, Irene Lorenzo, que ya ha hecho un estupendo trabajo en otros libros de Léeme Libros, ha preparado varios bocetos de portada. Lo mejor que se puede decir de ellos es que, elijamos el que elijamos, va a ser una portada magnífica. La idea de un Sócrates hecho Che Guevara la tengo desde hace mucho tiempo, pero cómo lo ha llevado a cabo es brillantísimo.

Os dejo los ocho bocetos. Si os parece, dejad comentarios con cuál os gusta más. La decisión no está tomada y siempre son bienvenidas nuevas opiniones.

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Y entonces llega el corrector…

Publicado: marzo 1, 2013 en Uncategorized

NOTA PARA TODOS LOS QUE CREAN QUE SABEN ESCRIBIR DE PUTA MADRE: Pasad vuestros textos a un corrector profesional.

Me ha llegado la primera parte de las correcciones al libro y, aunque la foto que os pongo es en la que hace una sangría más gorda, he de decir que he alucinado con su trabajo. No me podía imaginar ni de lejos que la corrección de un libro fuera tan minuciosa, profesional y, sobre todo, acertada. Dice Stephen King en ‘Mientras escribo’ que el corrector siempre tiene razón. Y a fe que la tiene.

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Una fotobibliografía y cosas de leer

Publicado: febrero 21, 2013 en Uncategorized

DSC_0082Los libros están profundamente sobrevalorados. Y os lo digo yo, que he escrito uno y, aun creyendo que no es para tanto, pierdo el culo porque se imprima ya y tenerlo en mis manos. No creo que los libros sean la salvación de nada ni la fuente de esa pretendida sabiduría que a veces nos quieren hacer creer. Son libros, vehículos de expresión, formatos físicos como cualquier otro. Y ya.

Estos son algunos de los libros que he leído, enteros o en parte, traduciendo macarrónicamente o enmarronando a amigos para que me los tradujesen, para escribir ‘Futbolistas de Izquierdas’. Faltan otros tantos que he perdido, no me han devuelto o me han prestado y he devuelto. De unos saqué mucha información, de otros un retazo, o simplemente me formaron y me dieron ideas. Algunos están muy bien, otros son pasables y hay unos pocos que son una puta mierda. Aunque veréis a auténticos referentes de la literatura y el periodismo (Fontanarrosa, Galeano, Kuper), estos libros no me enseñaron a escribir. No quiero decir que Galeano no tenga nada que enseñarme porque es un dios de esto y así lo considero, pero no me fijé en él ni en ninguno de los que veis en la foto para aprender a esto de juntar palabras. A mí me enseñaron autores que no tienen mucho que ver con el fútbol, algunos ni siquiera con los deportes: Oliver Sacks, Malcolm Gladwell, David Remnick, Chuck Klosterman, Ramiro Pinilla, Manolo Alcántara. Aprendo de ellos y de muchos más, aunque no les llegue ni a un chicle pegado en la suela de sus zapatos.

Escribir este libro me llevó más trabajo del que nunca hubiera imaginado. En cierta manera, me ha hecho renegar de la literatura deportiva: no quiero volver a leer nada de fútbol durante un buen tiempo. Creo que me vais a leer/escuchar mucho esta frase: mi única aspiración es que os valga la pena pagar la pasta que os vamos a cobrar por el libro. No con todos los que veis en la foto tuve esa sensación. Y es frustrante.

Como sé que no podéis vivir sin esta información, allá va: el libro está acabado y entregado. Ahora en Léeme Libros, esa editorial exitosa hasta ahora, harán su trabajo con la portada (que yo diría que va a ser la bomba) y demás procesos que van desde que servidor escribe hasta que la cosa llega a las librerías. Supongo que ahora viene lo bueno de todo este tinglado.

Del libro espero sentirme orgulloso en un tiempo, pero con lo que ya es seguro que estoy encantado es con el prólogo de El Gran Wyoming y el epílogo de Alberto Garzón. Los dos han sido generosos y prestigian las letras que van entre sus textos. Y son famosos, qué coño. Y como a todos nos gusta leer a los famosos, os voy a sacar un par de extractitos de sus textos para que vayamos calentando todos.

Escribe El Gran Wyoming:

«Recuerdo a una de nuestras míticas actrices, ya fallecida, en el descanso de un rodaje, aconsejándome que dejara la política porque no me iba a traer más que complicaciones. ‘Pero si tú eres muy de derechas’, le repliqué. ‘Hombre, no es lo mismo’, me contestó con desgana, como si la pereza le impidiera abundar en lo obvio»

Nos cuenta Alberto Garzón:

«Está claro que, desde un punto de vista teórico, no hay nada en absoluto que impida que se pueda practicar un deporte y a la vez se tenga un compromiso ideológico. Nada hay en la pelota de fútbol que convierta al deportista en un conservador. Sin embargo, y desgraciadamente, sí parece que haya una relación de causalidad entre las condiciones materiales de vida de los futbolistas profesionales y su pasotismo político, es decir, su inercia intelectual que les lleva a la defensa del estatus quo. Pero de ahí no se puede derivar que el problema sea el fútbol. Más bien lo es del sistema económico que ha mercantilizado todos los deportes y, muy especialmente, el fútbol. Son cuestiones bien distintas».

Son solo dos pequeños extractos, pero, como véis, son dos estilos muy distintos. Dos textos que se complementan. El mes que viene, estarán grapados al lado de mis páginas. Qué orgullo.

Al habla con Javi Poves

Publicado: enero 26, 2013 en Uncategorized

En agosto de 2011 no había un jugador de fútbol más popular que Javi Poves. Un verano sin grandes torneos futbolísticos, sin apenas culebrones de fichajes (solo Cesc andaba alargando su incorporación al Barça) y con los periodistas titulares de vacaciones daba para pocas grandes historias futbolísticas. Pero entonces apareció Poves anunciando que se retiraba del fútbol porque solo era “corrupción, dinero y muerte” y diciendo que había que ir a los bancos “a quemarlos y a cortar cabezas” y los medios del mundo entero querían localizarlo. Lo conseguían con facilidad. El ya exjugador del Sporting de Gijón estaba en todas partes. El ‘jugador antisistema’ era más popular que Dios, que diría John Lennon.

La tormenta mediática fue descomunal, imposible de controlar. Javi Poves, empeñado en explicarse, aceptó dar todas las entrevistas que le pidieron, excepto si era una televisión la que lo hacía. Por unos días fue, literalmente, el centro del mundo. Demasiado para un chaval de Fuenlabrada con un cóctel brutal en la cabeza. Entonces comenzó un viaje en busca de la felicidad y la coherencia que hoy sigue, quizá porque nunca va a acabar.

Tras meses intentándolo, he localizado a Javi Poves. No me ha querido decir dónde está, pero sí me ha contado su viaje. Quiere esconderse pero ha querido abrirse un poco a este libro. Se lo agradezco. Su capítulo, ya os lo adelanto, es el más impactante de ‘Futbolistas de Izquierdas’.

Sospecho, llamadme malpensado, que al rey en realidad no le llena de orgullo y satisfacción dirigirse a los españoles en el discurso de Nochebuena, que es que se lo ponen para leer y ya está. Pero escribiendo estas líneas os puedo asegurar que estoy que no quepo de orgullo y satisfacción por los dos pedazos de nombres que escribirán prólogo y epílogo de ‘Futbolistas de Izquierdas’.

Lo primero que encontraréis al abrir el libro serán las letras de El Gran Wyoming. No os puedo adelantar de qué va a escribir porque A) todavía no lo ha hecho y B) no le he limitado el campo. Sí que os puedo contar que ha leído gran parte de lo que está acabado y me ha dicho que le ha gustado mucho. Y yo le creo. Total, va a escribir por menos de lo que cobra Amy Martin y no me conoce mucho (coincidimos en ‘Asuntos Propios’, pero él venía una vez a la semana un ratito, así que tampoco es que hiciéramos amistad), así que le tiene que haber gustado de verdad. Todos los que me conocéis y sabéis lo muchísimo que lo admiro os podéis imaginar la desomunal ilusión que me hace que prologue algo que yo he escrito. Y si no me conocéis, ya os lo digo yo: me hace una ilusión de cojones.

El epílogo lo hará Alberto Garzón. A él lo conozco personalmente menos que a Wyoming, así que su entusiasmo por participar me hace creer que ‘Futbolistas de Izquierdas’ es verdaderamente bueno. Sonará a tópico de escritor venido a más, y lo es, pero hasta que alguien imparcial te dice o te demuestra que el libro le parece algo digno, no te lo terminas de creer. Es mucho el esfuerzo de escribirlo y nunca sabes si ha merecido la pena del todo. Tras saber del entusiasmo de Garzón estoy más cerca de pensar que sí.

Como ya sabéis si leéis este blog con la devoción que deberíais, mi primera idea para prologuista fue Julio Anguita. Por mi espíritu viejuno, su nombre fue el que sin dudar primero me vino a la mente. Ni pensé en Alberto Garzón, a pesar de que representa la única esperanza que mi generación puede encontrar en nuestro Congreso. Fue la sugerencia de un lector del blog y la siempre sabia cabeza de mi editor, José Antonio Menor, quienes me hicieron darme cuenta de que, efectivamente, la mejor elección es él. Si queremos políticos que cambien las cosas y escribimos libros con la esperanza de ser dignos, nadie representa ese espíritu mejor que Alberto Garzón.

‘Futbolistas de Izquierdas’ estará mejor o peor, amigos, pero a ver dónde encontrais un texto mejor acompañado que este.